lunes, 4 de diciembre de 2017

El miedo


El miedo es una emoción que se experimenta a lo largo de la vida. Ayuda al niño a evitar situaciones peligrosas. Algunos autores llegan a definirlo como la niñera o el ángel de la guarda para los niños. 
El miedo es el guardaespaldas del niño, que estudia por miedo a suspender, que se prepara la exposición de la clase por miedo a hacer el ridículo, que se asoma con precaución a un precipicio por miedo a despeñarse o que busca la protección de los padres cuando es pequeño.
Sentir miedo ante el peligro es saludable, porque evita correr riesgos innecesarios. Es una emoción desagradable, aunque necesaria para la supervivencia. 
Todos los niños tienen miedo en algún momento aunque es variable en función de la edad y algunos niños son más miedosos que otros. 

Miedos de cada edad: 
  1. Lactantes: Miedo a los ruidos  y a partir de que se desarrolla el apego, el miedo principal es la separación de sus seres queridos y que se acerquen personas extrañas. 
  2. Niños de 2 a 4 años: Animales, máscaras o personas disfrazadas, miedo a la oscuridad.  Hacia los 4 años pueden empezar las pesadillas
  3. Niños de 5 a 6 años: Miedo al daño físico, empiezan a temer que monstruos, animales u otros seres imaginarios les muerdan o les coman. A veces aparece el miedo a los espacios abiertos o muy concurridos. 
  4. Niños de 6 a 8 años: Miedo a lo invisible, es decir sombras, fantasmas y ladrones. Al final de esta época también aparece el miedo a la muerte. 
  5. Niños de 9 a 12 años: Miedo a las grandes catástrofes (incendios, accidentes), a las enfermedades graves. También pueden temer la separación de los padres y aparecen los miedos relacionados con el colegio (repetir curso, etc) 

 ¿Cómo podemos los padres ayudar a nuestros hijos a superar el miedo?
  1. Para vencer al miedo, hay que hacerle frente. 
  2. En lugar de sobreproteger al niño, hay que animarle para que poco a poco y sin forzarle enfrente su miedo. El miedo se siente de forma involuntaria. Por tanto, no hay que ridiculizar, ni reñir, ni castigar al niño porque no se atreva a hacer algo que le asusta.  
  3. Hay que alabarle y felicitarle por cada pequeño acto de valentía que realice. 
  4. Tenemos que entender que el miedo es algo natural, sobre todo en los niños. Al cabo de un tiempo se va por donde ha venido. 
  5. Tampoco hay que obligarles a enfrentarse a lo que les asustaAunque si con nuestro apoyo y protección se sienten más valientes, hay que animarles. Si el niño no quiere que le coja el rey mago pero se atreve a saludarle desde nuestros brazos, estupendo. 
  6. No debemos utilizar sus miedos para controlarles. Decirles "como no te portes bien me marcho y te dejo solo", es cualquier cosa menos un buen recurso educativo. 
  7. Procuraremos no contagiarles nuestros temoresSi nos asustan los perros, sería bueno que el niño estuviese acompañado por otra persona que le inspire seguridad cuando nos encontremos con uno. 
  8. Para ayudar a nuestro hijo ante sus miedos  lo mejor es el diálogo. Habría que encontrar un punto medio entre ser muy permisivo y ser muy rígido ante los miedos del niño. Ignorarlos o burlarse suele ser contraproducente. Dar explicaciones lógicas y razonables parece ser la mejor estrategia. 
  9. También recomendaría no asustar a los niños innecesariamente con brujas, hombres del saco,  con el médico… 
  10. Los cuentos facilitan el contacto con el miedo en los primeros años, son una forma de vivir y compartir estas emociones para que en la vida real asusten lo menos posible.  

¿En qué casos puede necesitar un niño apoyo psicológico para superar sus miedos?

Siempre que el miedo altere el estilo de vida cotidiano del niño y repercuta negativamente en su desarrollo personal, ambiente familiar, rendimiento académico o relaciones sociales. Por ejemplo, el intenso miedo a separarse de los padres puede ser una gran fuente de frustración porque impide al niño irse de excursión o a los padres irse de viaje. Puede también afectar negativamente a la calidad del sueño de la familia porque el niño se despierta asustado por la noche y exige que los padres duerman con él. Visitar al médico.

¿Son los mismos los miedos de las niñas y de los niños?  

 Las niñas presentan más miedos que los niños. De la misma manera, en la vida adulta las mujeres padecen más fobias específicas que los varones. Las diferencias de género son biológicas y socioculturales. El sexo determina ciertas características físicas que han hecho que los varones demuestren conductas más valerosas.

Por Isabel Oliva Gómez, Pedagoga, Logopeda y Técnico del Ayuntamiento de Barbate.


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