1.- LA IMPORTANCIA DE LA ARMONÍA EN EL HOGAR:
No hay un padre que no sienta la necesidad de gritar a sus hijos
cuando desobedecen, aún sabiendo que se sentirá culpable.
Se sabe que la comunicación agresiva no facilita la convivencia,
es decir, si un padre o una madre grita ante una situación que no le agrada de
su hijo, el ambiente familiar no será armonioso y se estará trasmitiendo el
mensaje de que es algo normal comunicarse gritando y alterándose.
Por ello, si quieres llamar la atención de tus hijos y
disciplinarlos, habla de forma clara, razonada, sosegada y firme. Recuerda que
convivir con alguien (hijos, parejas,…) significa respetar sus derechos: no
culparlos, herirlos, quejarse, oprimirlos,…
La mejor opción es fomentar en ellos el DIÁLOGO, la
responsabilidad, la autoestima y la confianza en sí mismos. CONVIVENCIA implica trabajar en EQUIPO de acuerdo a unas
reglas.
2.- UNA CONVIVENCIA
DIFÍCIL:
Cada familia establece de forma consciente o inconsciente una
serie de normas y pautas de comportamiento que hacen funcionar las relaciones
interpersonales en su seno. El
conflicto aparece cuando los hijos se rebelan contra esas normas:
a) Bien porque les parecen injustas.
b) Bien porque los padres no han sabido inculcarlas adecuadamente.
Esta situación provoca sufrimiento en ambas partes que se traducen
en problemas de convivencia. La solución más adecuada es el aprendizaje de un
lenguaje emocional correcto.
3.- EDUCAR EN
LA CONVIVENCIA:
Los hijos suelen tomar las críticas (mal formuladas) de los padres
como algo personal. Por tanto, pueden ponerse a la defensiva, y se vuelven
respondones, hostiles, resentidos, desobedientes,…
IMPORTANTE: las críticas pueden sustituirse con técnicas de
aprendizaje positivo. Algunas frases para evitar críticas a los hijos:
- ¿Por qué no puedes ser como tu hermano mayor? Esto es ignorar que cada ser humano es irrepetible. Esta crítica
también puede crear resentimiento hacia ese hermano.
Por tanto,
mejor expresar confianza en el hijo sobre su propia capacidad de mejorar: Estoy
seguro de que, si te lo propones, conseguirás hacerlo.
-
¡No voy a decirte lo que tienes que hacer! Si el hijo incumple reiteradamente una norma, la crítica debe ir
acompañada de sugerencias.
La frase
equivale a excluirse del problema. Mucho mejor: dialogar con él: ¿Cómo
crees que podemos solucionar esta
situación?” “¿Puedo ayudarte en algo?”.
- Lo peor: rematar una crítica con una frase como “lo
digo por tu bien”, puede ser demoledor para el hijo. Mejor: ¿A ti
te gusta así? Yo me inclinaría a hacerlo de esta otra manera…”
4.-
SOLUCIONES FRENTE A LA AUTORIDAD:
Si el hijo comete involuntariamente alguna torpeza (rompe un plato,…),
no conviene reaccionar con preguntas críticas como ¿por qué nunca miras lo que
haces? Mejor: orientar la emoción negativa hacia la solución del
problema, no al desatino del hijo: Hay que recoger los residuos. Aquí tienes una
escoba.
Una REACCIÓN CALMADA es más EFECTIVA que apuntar los
defectos del hijo.
Con frases autoritarias, se presiona al hijo. Hay que evitar
expresiones agresivas o amenazantes de tipo: Que sea la última vez que lo
haces. Mejor: Estaré orgulloso si haces tu cama. Porque
se le alienta a que haga las tareas que le corresponden y se sienta
responsable.
La EXAGERACIÓN EN LA CRÍTICA hace que ésta pierda efectividad. Te he
dicho mil veces que… El niño, ante exageraciones exageradas e
irrazonables, concluye que no podrá confiar en ellos. Mejor: ¿Recuerdas lo que te dije sobre…?
5.- EDUCANDO
PARA LA FELICIDAD:
Los padres deben plantear demandas razonables a sus hijos y las
hacen cumplir estableciendo límites y enfatizando en la obediencia, pero, al
mismo tiempo, las expresan con
afectividad y cariño, escuchan el punto de vista del niño y fomentan la
participación en la toma de decisiones de la familia.
Este
enfoque educacional permite el desarrollo de una CONVIVENCIA FAMILIAR ARMÓNICA.
En este contexto el estado de ánimo es positivo e, inspira en los hijos la
autoconfianza y las habilidades emocionales y sociales. IMPORTANTE: la
influencia de los padres en la educación es tan determinante para el futuro de
los hijos que:
“Si hay algo que
deseamos cambiar en un niño, primero tenemos que examinar bien y ver si no es
algo que deberíamos cambiar nosotros mismos”. (Carl Jung, médico
psiquiatra, psicólogo y ensayista)
6.- FACTORES QUE DETERIORAN LA CONVIVENCIA:
a)
La estructura
jerárquica no está bien definida. Los padres son padres y no amigos.
b)
Manipulación
de los hijos para resolver peleas conyugales.
- Los niños quieren a ambos progenitores y dependen emocionalmente
de ellos para completar su proceso de identificación.
- La pareja ha de mantener sus diferencias exclusivamente en su
ámbito.
c) Falta de apoyo
emocional.
- Los padres no expresan suficiente afectividad entre ellos ni con
los hijos.
- Acariciar o abrazar impulsa a éstos a repetir este tipo de
conductas.
d) Expectativas irrealistas.
- Presionar a los hijos con escasas aptitudes académicas para que
hagan una carrera universitaria con contra de su voluntad.
- Proyectar sobre ellos sus frustradas ambiciones sociales. Son
mensajes paternos inadecuados.
e) Los padres no respetan su propio espacio como pareja.
- Permiten que éste sea invadido por los hijos.- Los padres invaden la intimidad de los adolescentes, lo que provoca irritación.
7.- BIBLIOGRAFÍA:
1.
Resolución de
conflictos y aprendizaje emocional. Genoveva Sastre Vilarrasa y Monserrat
Moreno Marimón. Editorial Gedisa.
2.
Educar Nos:
nuevas propuestas para la educación y la convivencia. Mónica Shocron y Laura
Waisman. Editorial Lugar.
Por Antonio Fernández Ligero, psicólogo para la Escuela de Padres
del Ayuntamiento de Barbate.
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