lunes, 27 de abril de 2015

MI HIJO MOJA LA CAMA, ¿QUÉ HAGO?

Los niños desarrollan un control completo sobre la vejiga a diferentes edades y no mojarse la cama durante la noche, generalmente, es la última de las etapas del aprendizaje acerca del uso del baño y del control de esfínteres.




El niño que se orina en la cama, lo hace de forma involuntaria. Y suele ser un problema que llega a causar molestias en los padres y, que además, afecta, en ocasiones, emocionalmente a los niños.

Por lo general, no se empieza a tratar a estos niños antes de los 5 años, ya que en un porcentaje muy elevado, el problema suele desaparecer de forma espontánea antes de los 6 años. Por lo que es preferible iniciar el tratamiento entre los 6 y los 7 años.

Usualmente, el tratamiento suele incluir medidas conductuales y el uso de alarmas.

A continuación, les presentamos algunas medidas generales que pueden emplear en casa para ayudar a sus hijos a evitar que se hagan pis en la cama.
  • Eviten que beban muchos líquidos desde dos o tres horas antes de acostarse, sobre todo refrescos con cafeína. Esto no quiere decir que no beban nada, pues los líquidos no se deben restringir de manera excesiva, sino que se tomen uno o dos vasos.
  • El niño debe establecer la rutina de ir a hacer pis justo antes de ir a la cama.
  • Hay que hacer que el niño se responsabilice y esté atento a la evolución de su problema. Una forma de hacerlo es que coopere con la limpieza de la cama y con el cambio de ropa.
  • Hay que motivar al niño para que permanezca seco, por lo que debemos reforzar sus esfuerzos y darle recompensas por lograrlos.
Las alarmas son otros métodos que se suelen utilizar para este tipo de problemas. Y consisten en que una alarma despierta al niño cuando comienza a orinar, de manera que puede levantarse y usar el baño.

En general, este problema no implica ninguna amenaza para la salud del niño, siempre que la causa no sea física. Aunque el niño puede sentir vergüenza y/o pérdida de autoestima, lo más importante en esta etapa y ante este problema es darle seguridad.

Por Noelia Bermúdez Benítez, Psicóloga para la Escuela de Padres y Madres del Ayuntamiento de Barbate


lunes, 20 de abril de 2015

TRASTORNOS DEL SUEÑO

Hasta hace poco se consideraba que los trastornos del sueño y la vigilia constituían un problema sobre todo en la edad adulta. Fue a partir de los años 80 que unos estudios revelaron que el origen del problema de los adultos que padecían este trastorno se remontaba a cuando tenían 10 años o menos.

Hoy en día, no tan sólo se reconoce la importancia de la intervención temprana en estos trastornos, sino que se considera esencial su tratamiento a fin de reducir la considerable disfunción social y escolar que puede ocasionar en los niños y adolescentes que lo padecen.



Vamos a ofrecerles una pequeña información de los distintos tipos de trastornos del sueño en niños que nos podemos encontrar y una breve definición de los mismos.

Estos trastornos los vamos a clasificar en dos grandes grupos para que sea más sencilla su diferenciación. Los dos grupos de clasificación son: DISOMNIAS y PARASOMNIAS.

Por un lado, las disomnias pueden definirse como trastornos primarios del inicio o mantenimiento del sueño o de excesiva somnolencia. Se caracterizan por alterar significativamente la cantidad, calidad u horario del sueño. Algunas de las más habituales son:
  • Insomnio. Se considera que un niño sufre de insomnio si al menos 2 veces por semana necesita más de 45 minutos para quedarse dormido, o si se despierta totalmente al menos una vez por semana, durante la noche, sin poder dormirse de nuevo. Hay diferentes tipos y las causas pueden ser muy variadas.
  • Hipersomnia. Consiste en una excesiva cantidad de sueño con incremento de la somnolencia diurna. El sueño puede prolongarse más de 8 horas llegando hasta 12 con dificultad para levantarse. Pese a ello, puede haber necesidad de volver con frecuencia durante el día a la cama.
  • Trastornos relacionados con la respiración. Se caracteriza por la presencia de episodios de obstrucción parcial o total de la vía aérea superior que aparecen durante el sueño. Esto produce despertares frecuentes, rompiendo el ciclo del sueño y provocando somnolencia diurna.
  • Trastornos del ciclo circadiano. Son debidos a una mala sincronización entre el horario de sueño deseado y el real. Se trata de un desajuste por el que el niño no puede dormir cuando lo desea. El resultado es que se producen episodios de sueño en horas inadecuadas y somnolencia durante los momentos de actividad diurna.







Por otra parte, las parasomnias son aquellos trastornos del sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia. Las más habituales son:

  • Pesadillas. Son sueños largos muy elaborados, con riqueza de detalles y que provocan en el niño una fuerte sensación de ansiedad, miedo o terror.
  • Terrores nocturnos. En habitual que durante el episodio el niño se siente en la cama bruscamente y comience a gritar y llorar con una expresión facial de terror y signos de intensa ansiedad.
  • Sonambulismo. Episodios en los que el niño se incorpora de forma brusca de la cama e incluso puede levantarse y comenzar a deambular.
  • Bruxismo. Se trata del “chirriar de dientes” que se produce por la contracción excesiva de los maxilares.
 

Deben de tener en cuenta que se tratan de trastornos, y que por ello para su tratamiento deberán consultar con un profesional, que les orientará y les aconsejará sobre las pautas que deberán seguir para que los niños superen estos trastornos del sueño que les estarán alterando su rendimiento y, tal vez, su personalidad.

Por Noelia Bermúdez Benítez, Psicóloga para la Escuela de Padres y Madres del Ayuntamiento de Barbate

lunes, 13 de abril de 2015

OCIO Y TIEMPO LIBRE EN FAMILIA.

En estos tiempos que corren, uno de los retos que se les plantea a las familias es lograr que el tiempo libre vaya más allá de la tele, la consola, internet… La respuesta podría venir por construir, en familia, un ocio activo, emprendedor y creativo, y así lograr que los niños y adolescentes sean autónomos y responsables de su propio tiempo libre.


Para sacar el mayor partido al tiempo libre que vayáis a compartir con vuestros hijos os resultará muy útil realizar una buena preparación y organización de las actividades, en las cuales poder tener en cuenta los gustos y opiniones de los niños y adolescentes, esperando que sean del agrado de todos los miembros de la familia.

Que sea una actividad de ocio, no implica que deba acarrear un gasto económico, como pueden ser ir al cine o de compras. Aunque no siempre es posible, se pueden buscar muchas otras opciones como son ir al campo, pasear por el paseo marítimo, realizar alguna actividad deportiva todos juntos en familia, quedar con otros padres que también tengan hijos de la misma edad o similar para que jueguen, o bien, revisar la oferta de actividades de ocio y culturales que nos ofrece nuestra ciudad y nuestro entorno.

Seguidamente, vamos a exponer algunas pautas y consejos que podéis seguir para favorecer la creación del ocio y el tiempo libre en familia.



  1. A la hora de decidir la actividad, escucha, acepta e integra los gustos y aficiones de tus hijos, y negocia para que la actividad sea del agrado de todos. Recuerda reforzar siempre las propuestas de tus hijos, porque esto hará que se impliquen más en la actividad.
  2. Durante la actividad, crea un clima positivo y motivador.
  3. Tras la actividad, busca un momento para hablar de cómo lo habéis pasado, recordar alguna anécdota y refuerza las buenas conductas.
  4. La importancia de favorecer el ocio en familia recae en la idea de que éste es necesario para cultivar las habilidades sociales, inquietudes e intereses de vuestros hijos, las cuales son fundamentales para el desarrollo social, emocional e intelectual de los chavales.




A su vez con un ocio saludable, se estará priorizando la identificación de sus gustos y aficiones, que promoverán la diversidad de actividades, lo cual ayudará a que en un futuro, cuando comiencen la adolescencia, descentralicen el ocio comúnmente asociado al consumo de drogas y tengan recursos suficientes para buscar alternativas de ocio y tiempo libre más gratificantes y saludables.


Por Noelia Bermúdez Benítez, Psicóloga para la Escuela de Padres y Madres del Ayuntamiento de Barbate

lunes, 6 de abril de 2015

CONSEJOS PARA QUE LOS NIÑOS COMAN DE TODO

Conseguir que los niños coman de todo ha sido siempre uno de los grandes retos de padres y madres. 



Lo habitual es que los pequeños de la casa suelan tener predilección por ciertos alimentos como pueden ser las pastas o el arroz, y que, por otra parte, rechacen sistemáticamente alimentos como pueden ser las verduras y las frutas. 

Esta situación suele convertir las horas de las comidas en un gran rompecabezas, que a la vez dificulta la tarea de mantener una nutrición equilibrada y saludable para sus hijos. Pero, ¿qué podemos hacer para que el niño pruebe nuevos alimentos y tenga una buena dieta? 

A continuación vamos a ofrecerles algunas pautas que pueden ayudarles a hacer de las comidas algo divertido y entretenido, y no un martirio.

- Enséñele a valorar los alimentos. Comprender y valorar qué y cómo se come es un paso fundamental para que los niños aprendan a alimentarse de manera adecuada. Hay que enseñarles a disfrutar de la comida y mostrarles que es un placer que además nos ayuda a estar sanos y con energías.
- Enseñe a los niños a disfrutar de la comida. Para ello es importante que los pequeños participen en la preparación de cada plato, así podríamos despertar su interés por la cocina y además lograr que acepten ciertos alimentos que de otro modo podrían rechazar.
- Presenta los platos de forma especial. Con un poco de esfuerzo y creatividad puedes presentar los platos con formas divertidas. Recuerda que la combinación de colores es otra de las claves para crear platos atractivos que animarán a tus hijos a probar nuevos sabores y alimentos.


- Da ejemplo. Es muy importante que los padres den ejemplo. Debemos comer de todo y hacer ejercicio, para que los niños también lo hagan. Somos nosotros los que debemos de inculcarles el gusto por probar cosas nuevas.
- Nunca utilices la comida como premio o castigo. El niño debe relacionar la hora de comer con un momento agradable del día. Nunca hay que usar la comida como moneda de cambio.
- Crea buenos hábitos alimenticios. Procura comer comida casera cada día, que los niños no se salten ninguna comida, comer sano…
- No le obligues a comer. Si un día tu hijo no quiere comer, no le obligues. No pasa nada, el niño no debe de ver las horas de las comidas como un suplicio.

- Evita que pique entre horas. Es muy importante que los niños tomen tentempiés sanos y ligeros y que eviten tomar chucherías entre las comidas.
Comed todos en la mesa en familia. Las horas de la comida suelen ser un gran momento para la convivencia familiar y para unir a los miembros de la familia. Además debemos de procurar evitar distracciones como la televisión, o el niño asociará la hora de la comida con lo que vea en la tele en esos momentos.





En conclusión, no se trata más que en construir una sólida base en educación nutricional en los niños. Que, aunque parezca una tarea difícil y larga, con paciencia, actitud positiva y predicando con el ejemplo, los pequeños podrán adquirir unos buenos hábitos alimentarios que podrán mantener a lo largo de toda su vida.

Por Noelia Bermúdez Benítez, Psicóloga para la Escuela de Padres y Madres del Ayuntamiento de Barbate

Estrategias motivantes para los hijos/as.

·   Comenta con los niños sobre distintas experiencias de personas que conozcas (deportistas, artistas, ingenieros, periodistas, etc.) qu...